Investigación

UNA PANDEMIA EN PERSPECTIVA (50)

UNA PANDEMIA EN PERSPECTIVA NÚMERO 50
Número especial
UNIVERSIDAD HISPANOAMERICANA
ESCUELA DE MEDICINA. COORDINACIÓN DE INVESTIGACIÓN
Dr Ronald Evans, MSc Roger Bonilla, Dr. Roberto Salvatierra.

Hace un año, nadie imaginó el cambio tan trascendental que un virus, que recién había aparecido en oriente, iba a producir en toda la humanidad. Sin embargo, el daño que ya comenzaba a producir en algunos países, especialmente en Europa, era terrorífico. Los medios de comunicación nos permitían ver lo que estaba aconteciendo, por ejemplo en la zona de Lombardía, en Italia, y sabíamos que era cuestión de tiempo, su llegada a nuestro país.
Fue en una reunión con los directores de la carrera, a mediados de marzo del 2020, que asomamos la idea de publicar unas notas semanales divulgativas sobre la pandemia, en los medios de que dispone la Universidad Hispanoamericana. La iniciativa fue acogida muy favorablemente por las autoridades académicas y al día siguiente estábamos redactando el primer número de “Una Pandemia en Perspectiva”. De eso hace justamente un año, días más, días menos, y desde esa fecha, semana tras semana, hemos estado saliendo religiosamente, sin faltar una sola fecha al compromiso adquirido. Así hemos llegado con este número, a la edición número cincuenta, con la satisfacción de haber cumplido con el deber y el compromiso de proporcionar información clara, sencilla, entendible para la población en general, sobre la evolución de la pandemia en Costa Rica y también algo de lo más significativo de lo que ha estado aconteciendo en el mundo con este nuevo virus.
De esta forma, hemos creído contribuir entre otros, a la popularización de algún léxico científico, especialmente epidemiológico, que no es del dominio popular, así como a su comprensión, dentro de una avalancha de información de carácter científico. Con el tiempo, nuestras notas semanales, tuvieron muy buena acogida, especialmente entre los medios de comunicación, tanto radiales, como televisivos, prensa escrita y medios digitales, quienes con su enorme capacidad de difusión, han hecho llegar al público en general de esta manera, la información más actualizada sobre la marcha del Covid-19 en el país.
El esfuerzo para lograr este objetivo ha sido sin exageración alguna titánico. La coordinación de investigación de la escuela de medicina de la UH, solamente cuenta con tres personas. Mi asistente, el Dr Roberto Salvatierra, el estadígrafo Roger Bonilla y el que escribe (REM). Hemos contado además con la invalorable ayuda de la Licenciada periodista Laura González, también de la universidad, quién se ha compenetrado de una manera total con nuestra labor, hasta el punto de no solo servir de punto de contacto con los periodistas de los diferentes medios, sino que por su cuenta se ha puesto a investigar diversos temas relacionados con el monitoreo de los programas de acción contra la pandemia, haciendo importantes aportes que han salido en nuestras páginas. Por último, la Licda. Ivannia Poltronieri ha facilitado diligentemente la difusión de nuestros esfuerzos en las plataformas de que dispone la UH.
Siguiendo el orden de los últimos números, a continuación de una breve introducción, abordamos la situación de la pandemia durante la semana anterior. En este caso tenemos que, luego de ocho semanas consecutivas de descenso de la curva de la pandemia, ahora la mismo se detuvo, puesto que de haber presentado un promedio diario de 304, en la semana antepasada, subió a 329, es decir, aumentó el promedio en 25 casos por día, para todo el país (cuadro 1).
En el caso de las provincias, subieron igualmente San José (19 casos), Alajuela (5 casos), Heredia (5 casos), Puntarenas (8 casos) y más bien descendieron el promedio diario de casos, Cartago (3 casos), Guanacaste (1 caso) y Limón (8 casos).
La tasa nacional se incrementó igualmente al pasar de 59,3 por millón de habitantes a 64,3. La subieron las provincias de San José, Alajuela, Heredia y Puntarenas. La disminuyeron Cartago, Guanacaste y Limón.
Con respecto al Índice de Reproducción (Rt), a nivel nacional pasó de 0,96 a 1,07. San José subió a 1,16, Alajuela 1,09, Heredia 1,12 y Puntarenas 1,09. Por debajo de 1, están Cartago (Rt 0,87), Guanacaste (Rr 0,97) y Limón (Rt 0,97).
Malas noticias, sin duda alguna. Se acabó la quimera y la esperanza de contar con menos de 300 casos por día y menos aún, como podía estimarse. Pero este virus no quiere obedecer a la lógica matemática. Ahora viene la Semana Santa y la posibilidad de mayores contactos físicos y por ende, el incremento de contagios.
Veremos que nos depara la próxima semana. Podría ser un buen predictor de lo que ocurrirá en los siguientes días. Sin embargo, lo pertinente es continuar aconsejando precaución y prevención con las medidas ya conocidas y en muy buena parte, acatadas por la población. Ya estamos vacunando y pronto lograremos un buen porcentaje de la población inmunizada. Nadie quiere ser el último soldado que cae en combate a segundos de firmarse el armisticio. Cuidémonos y protejamos a los demás. El que ya esté vacunado no debe preocuparse tanto por no caer enfermo con el Covid-19, como en no contagiar a los demás.


Enseñanzas que nos deja la pandemia

El periodista José Meléndez del diario El Universal de México, a un año de cumplirse la aparición del primer caso de la enfermedad causada por el SARS Co-V-2 y posteriormente de la declaración de pandemia por parte de la OMS, nos solicitó opinión sobre las enseñanzas que nos deja esta calamidad pública, para lo cual emitimos las siguientes declaraciones, que copiamos textualmente:

“Al cumplirse el primer año de la aparición del primer caso del SARS Co-V -2 en América Latina, específicamente en Brasil, una de las secuelas y enseñanzas que nos deja esta catástrofe continental y global, es haber puesto en evidencia las carencias y fallas de los servicios de salud de muchos de los países del área, que se han visto sobrepasados y arrollados por la fuerza de la pandemia. Es de justicia decir, que lo mismo ha ocurrido en muchos países desarrollados como nos los demuestran los casos de Italia, Reino Unido, España y los mismos Estados Unidos, desnudando sistemas de salud totalmente inadaptados para lidiar con eventos sobrevenidos a causa de virus desconocidos de alta contagiosidad y mortalidad. No ha bastado disponer de las más altas tecnologías en biomedicina para hacerle frente con éxito al paso arrollador del coronavirus.
En América Latina, países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú y México entre otros, han sido muy golpeados por la pandemia y sus sistemas de salud se han visto en apuros para atender a la población enferma en los hospitales, que en algunos casos han estado al borde del colapso. Habrá tiempo para indagar en profundidad sobre las flaquezas de los sistemas y la desatención que se ha hecho en la atención primaria en salud, al no privilegiarla y desatenderla. La ausencia en la mayoría de los países, de una cobertura universal, ha dado pie a grandes injusticias sociales, que se han expresado en tasas más elevadas en ciertos grupos étnicos, en los carentes de algún tipo de seguros y en los más pobres. El presente exige una pronta redefinición de sistemas de salud para que sean más coherentes, inclusivos y capacitados para atender toda clase de enfermedades, endémicas, pandémicas o crónicas no trasmisibles, sin dejar de lado, a la morbi-mortalidad violenta y social.
Otra enseñanza que nos está dejando la pandemia, es la necesidad de invertir más en salud y en la investigación biomédica. Nadie puede negar la posibilidad en un futuro cercano, de la visita de nuevos virus, tan o quizás más contagiosos y letales que el SARS Co-V- 2. Urge que los gobiernos dediquen importante parte de sus presupuestos para este tipo de investigación. .La emergencia traída por el Covid19 ha puesto a los gobiernos de los países más poderosos, a invertir de carrera en este campo y los resultados saltan a la vista. En tiempo record, ya disponemos de vacunas y el avance científico en el campo de la salud es innegable”.
Posteriormente el mismo periodista nos solicitó nuestra opinión sobre algunas recomendaciones que podrían darse en estos momentos. A continuación, las mismas también de manera textual.

RECOMENDACIONES

1- Los sistemas de salud de cada país, deben tener planes de contingencia para futuros eventos pandémicos, iguales a los que se cuentan para situaciones catastróficos, como los terremotos, ciclones, etc.
2- Los niveles hospitalarios, así como las redes de atención secundaria y terciarias, deben contar con los recursos indispensables para una atención inmediatas de nuevos patógenos que podrían aparecer de manera repentina.
3- Especialmente se deben fortalecer los laboratorios de vigilancia epidemiológica bajo la directriz preferentemente, de un Instituto Nacional de Salud. En este sentido, los países del área que todavía no lo tienen, como es el caso de Costa Rica, deberían urgentemente abocarse a crearlos, contando con el equipo necesario y especialmente, el humano debidamente preparado.
4- Es urgente priorizar la formación de médicos epidemiólogos, virólogos, vacunólogos, microbiólogos, emergenciólogos e infectólogos, capaces en número y calidad, para enfrentar cualquier evento pandémico futuro. Las enfermedades infecciosas no han desaparecido, como creíamos hasta hace poco. La pandemia actual nos ha despertado al respecto.
5- Disponer de equipos técnico-administrativos capaces y con poder de decisión, para estar preparados para el contacto, selección y compra de productos biológicos (primordialmente vacunas) cuando exista la aparición de nuevos agentes biológicos productores de enfermedades.
6- Disponer de recursos económicos reservados para la compra intempestiva de vacunas y otros agentes biológicos, con el fin de asegurar la disponibilidad prontamente de tales productos.
7- Equipos de salud al más alto nivel dirigencial capaces de actuar no solamente con diligencia y conocimiento, sino también con la rapidez que exige las situaciones verdaderamente catastróficas y de emergencia.
RESÚMEN DE LA EVOLUCIÓN DE LA INCIDENCIA Y DEL Rt.
En el cuadro 3, se resume durante el último periodo de cinco meses, la evolución de la incidencia de la pandemia en el país, por medio del número de casos diario (promedio semanal), la tasa por millón de habitantes y por último, del Índice de Reproducción Efectivo.
Así vemos, que el número promedio diario superó los mil casos en los dos semanas finales de octubre, luego también en las dos postreras de noviembre y por último, en la primera semana de enero. Durante esas cinco semanas, también se observaron las tasas más elevadas del lapso, superando en todas ellas los 200 casos por millón de habitantes. En el resto de las semanas hasta los primeros días de enero, nunca el promedio diario de casos bajó de 838 casos, ni la tasa los 163,5. El punto de quiebre se produjo a partir del 9 de enero cuando estos dos indicadores comienzan a descender sin interrupciones durante las ocho semanas siguientes, hasta que la tendencia se interrumpe en la semana que concluye el 13 de marzo.
Con respecto al Rt se observa que está por encima de 1 durante la segunda y tercera semana de noviembre, así como en las semanas del 12/12, 02/01 y 09/01 (en esta última alcanza su valor más alto, Rt 1,12). De allí en adelante, los valores están por debajo de 1, hasta la semana del 20/02 y luego, para la última semana que concluye el 13/03, que como se ha dicho, interrumpe la tendencia sostenida del descenso, al presentar incrementos estos tres indicadores analizados.
En el gráfico 1 se puede apreciar la incidencia acumulada durante dos periodos: el primero comprendido entre marzo y agosto del 2020 y el segundo de setiembre a marzo del 2021.
Durante los primeros seis meses de la pandemia, la mayor incidencia recayó en la provincia de San José, seguida por la de Heredia, Alajuela, Cartago, Limón, Puntarenas y Guanacaste.
Para el segundo periodo, la ubicación geográfica de las tasas cambió, ya que el orden fue el siguiente: Limón, Puntarenas, Alajuela, Heredia, San José, Cartago y por último, Guanacaste.
Es interesante anotar como durante el primer semestre, el epicentro de la pandemia estuvo localizado en la meseta central (San José, Heredia, Alajuela y Cartago), mientras que en el segundo semestre, la localización geográfica cambió radicalmente ya que el coronavirus se trasladó a las costas, específicamente las ubicadas en las provincias de Limón y Puntarenas, desplazando totalmente a San José, que del primer lugar, pasó a ocupar el quinto durante los últimos seis meses.


MORTALIDAD POR COVID-19 EN COSTA RICA

Los datos que a continuación se grafican, corresponden a la última información suministrada por el Ministerio de Salud, los cuales llegan hasta el 5 de noviembre del año pasado. Esperamos que pronto nos suministren data de mortalidad por Covid-19 hasta febrero, con el fin de poder realizar el análisis del primer año de la pandemia en el país.
En el gráfico 2 se aprecia las tasas en tres grupos etarios: menores de 20 años, de 20 a 64 y por último, de 65 y más años. La mayor tasa corresponde al grupo de la tercera edad (2.350 por millón), la segunda, al grupo de 20 a 64 años (160,8 por millón de habitantes) y la menor al grupo de menores de 20 años (4 por millón).
En el gráfico 3, tenemos la distribución de la mortalidad por sexo. La tasa y el mayor número le corresponde a los varones (383,2 por millón de habitantes y 987 defunciones, en tanto que la tasa de las mujeres fue de 233,9 y el número de muertes 593.



En el gráfico 4 se aprecian las tasas de mortalidad por Covid-19 de acuerdo a las provincias. En orden de mayor a menor corresponden a: San José, Heredia, Puntarenas, Alajuela, Limón, Cartago y por último, Guanacaste.
En el gráfico 5 se muestra las tasas de mortalidad de acuerdo a las seis regiones en que está dividido el país. En orden de mayor a menor aparecen: Región Central, Pacífico Central, Huétar Atlantica, Huétar Norte, Chorotega y por última, la Región Brunca.



AÑOS DE VIDA POTENCIALMENTE PERDIDOS POR COVID-19 EN COSTA RICA.

Por vez primera obtenemos este indicador, con la información sobre mortalidad aportada por el Ministerio de Salud, al 5 de noviembre. En total durante el lapso, se perdieron 13.484 años como consecuencia del Covid-19 en el país. De ellos, correspondieron 11.051 al grupo etario de 20 a 64 años (lógicamente por ser en mucho, el que contiene mayor número de habitantes y mayor número de casos), 2.028 al sector de 65 y más años, y por último, apenas 355 al grupo de menores de veinte años.






ANEXO
HECHOS MÁS RESALTANTES CUBIERTOS POR LAS 50 NOTAS PANDÉMICAS
INTRODUCCIÓN.

Nada hacía presumir en esos primeros días de enero del año 2020, que iba a suceder algo diferente en el campo de la salud mundial. Todo lucía igual, tranquilo, sin ningún oleaje amenazador. En occidente, la población apenas estaba reponiéndose de los festejos del año que recién acababa de fenecer y en todas partes, la gente se adentraba de lleno a las actividades cotidianas. El ambiente lucía despejado, sin nubarrones en el horizonte, con una economía dispar, pero ebulliciente en casi todas partes. De tal manera que cuando el 7 de enero, los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de China anunciaron que en la pujante y moderna ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, habían aparecido unos casos de neumonía, cuya etiología fue prontamente identificada como un nuevo coronavirus , nadie se alarmó y más bien se pensó, que se trataba de uno de esos diagnósticos volátiles y pasajeros que con tanta frecuencia se anuncian en China y que desaparecen con velocidad de rayo, dejando nada más que conocimiento y enseñanzas sobre novedosas etiologías de enfermedades, que afortunadamente no pasan a más.
 Pero esta vez iba a ser diferente. Al nuevo virus se le denominó SARS-CoV-2, para diferenciarlo del SARS (Síndrome Agudo Respiratorio Severo) y del MERS (Síndrome Respiratorio del Oriente Medio). Cinco días después del anuncio original, los chinos informaron que habían descubierto la secuencia genética del virus y se comienzan a producir las pruebas diagnósticas PCR específicas. Acto seguido, varios países empiezan a notificar la presencia de la enfermedad, primero en Asia, luego en otras partes, pero todavía la OMS no reconoce su expansión a otros países, pese a que la misma China ya ha adoptado la cuarentena y la restricción de viajes. Pero la avalancha está en marcha y es indetenible. Así, la OMS, el 11 de marzo caracteriza la situación como una pandemia. Bastante tarde para algunos. Ya la enfermedad está instalada en Europa y hace estragos en la zona de Lombardía y en otras partes. A Estados Unidos llega mediante un viajero chino procedente de Wuhan y prontamente se disemina en diversas ciudades, particularmente en Nueva York con un vigor inusitado. A nuestra América Latina, el COVID-19, como ha sido denominada la pandemia, ya para ese entonces, llega primero a Brasil y luego se instala en el resto de los países del área. La pandemia no tardó en extenderse por todo el planeta tierra.
 En Costa Rica, el primer caso se diagnosticó el día 6 de marzo y afectó a una extranjera. En los siguientes días, se presentaron otros enfermos con el mismo diagnóstico, pero siempre en número menor a diez, hasta el día 19 que aumentaron a 19 y luego de allí en adelante, subieron muy poco a poco, hasta alcanzar 30 el día 28 de marzo. El máximo de casos en un día se produjo el 9 de abril. El crecimiento porcentual máximo en esta etapa se produjo durante las semanas 2,3 y 4, mientras que el mínimo, se obtuvo en la novena semana. Este primer brote se fue extinguiendo paulatinamente hasta la última semana de mayo, con un acumulado de unos mil casos.
La primera defunción acaeció el 19 de marzo, trece días después de haber iniciado la pandemia y 48 horas después, ocurrió la segunda muerte. Luego transcurrió un largo lapso de 17 días sin defunciones, cuando para ese entonces se habían diagnosticado 502 personas con la enfermedad, lo que llamó la atención en el mundo entero, por tan baja letalidad. A continuación, se presentaron cuatro defunciones y, a partir de allí, hubo otro largo lapso sin muertes comprendido entre el 20 de abril y el 10 de mayo, lo que igualmente causó asombro a nivel mundial por tan baja letalidad. Al final de este último mes, la cuenta de muertes llegaba a diez, pero con esta cifra se estuvo entre el 16 de mayo y el 7 de junio. Es decir, durante 22 días no hubo ninguna muerte por COVID-19 en Costa Rica, pese a que, para ese último día, ya se habían diagnosticado 1.318 casos, para una letalidad de apenas 0,0075. La tasa de mortalidad por millón de habitantes en ese momento era de 2, mientras que, a título de comparación, la de República Dominicana era de 50, la de Panamá 91, la de Chile 115 y la de Italia 561 (la más alta para esa fecha).
Todavía no se han dado explicaciones satisfactorias que expliquen esa cantidad tan baja de defunciones en relación con el número de casos diagnosticados, que sería menor si se tomase en cuenta el número verdadero de casos, ni tampoco a una tasa de mortalidad tan mínima. Quizá la razón medular, no la única, radica en la fortaleza del sistema de atención de salud oficial que tiene el país, que es universal, con un mando único y con un personal competente y muy bien preparado. Se tuvo además, la fortuna de un comienzo pausado de la pandemia, que dio tiempo para la toma de medidas de contingencia, fruto también de la toma de acciones de supresión bastante fuertes, acatadas por la población.
El primer brote puede decirse que transcurrió entre el 6 de marzo y el 24 de mayo, es decir, tuvo una duración de 80 días. La cifra de casos nunca llegó a cero y por consiguiente, es posible afirmar que la última semana de mayo fue de transición. Comienza junio y se inicia el rebrote o como prefieren llamarla algunos, la segunda ola. Desde ese entonces y ya hasta el momento actual, los casos nunca serían inferiores a veinte por día de allí en adelante y más bien, se incrementarían regularmente. La mortalidad, afortunadamente permaneció muy baja durante todo el mes de junio, ya que solamente sumó 6 muertes a las 10 que venían de atrás, para terminar el mes con apenas 16 defunciones, en el momento que sumaban 3.459 casos. Julio representa el primer punto de quiebre de la pandemia de COVID-19 en Costa Rica. Es el momento en que tanto la prevalencia como la mortalidad se disparan sin control. Los casos pasan de 3.459 a 17.820, mientras que las defunciones avanzan de apenas 16 a 150. En este mes, el mayor número de casos por día se alcanza el 25, con 931 casos y los días con mayor número de muertes corresponden al 25 y al 27, con once muertes respectivamente.
 Por vez primera, la pandemia choca y mueve con toda fuerza la estructura interna del país. Se termina la quimera de nación blindada contra el coronavirus. El sistema hospitalario afortunadamente resiste bien el sacudón, gracias a las medidas anteriormente tomadas, de aumento de camas para pacientes moderados y especialmente, para las unidades de cuidados intensivos. Sin embargo, es inocultable la presencia de puntos negativo, en ese momento. Uno de ellos fue el bajo número pruebas PCR confirmatorias de la enfermedad. Al principio y hasta mayo, hubo un número satisfactorio de pruebas negativas por cada caso confirmado, superior a diez, como lo recomienda la OMS. Pero el aumento inusitadamente elevado de casos desbordó totalmente a las autoridades sanitarias. El testeo que se hizo fue y ha sido totalmente insuficiente, llegando a extremos de solamente dos o tres casos descartados por cada caso positivo. Pareciera entonces, que hubo negligencia al no tener prevista la cantidad de pruebas que se iba a requerir ni tampoco el número de personal calificado para efectuarlas. Otro lunar en el accionar de quienes dirigen la campaña contra el COVID-19 en el país, fue el escaso porcentaje de pacientes declarados recuperados de la enfermedad, que para las últimas fechas rondó apenas el 33%. Se trata de una medida de solución administrativa, más que todo, que no tiene grandes implicaciones clínicas, pero que aumenta artificial e innecesariamente el porcentaje de casos activos.
La pandemia actual ha cambiado substancialmente el modo de vida de la humanidad y afectado gravemente la economía de todos los países, pero con extrema agresividad, la de los países pobres, a quienes les costará reponerse del golpe experimentado. Ya nada será igual que antes. La educación ha tenido que refugiarse en la virtualidad y los estudiantes de escasos recursos, están en condiciones de inferioridad para seguir esta clase de estudios. La economía globalmente se encuentra resentida. En nuestro medio, ha herido substancialmente la principal fuente de ingresos, el turismo. El comercio en general se ha visto golpeado, llevando a la quiebra a empresarios de todo tipo. El trabajador informal sufre demás para llevar el sustento a su hogar. Como si lo anterior fuese poco, la pandemia ha afectado y empeorado también el grave problema de las enfermedades crónicas no transmisibles, la principal causa de mortalidad y carga de la enfermedad en el mundo, formando así entre ambas, “la tormenta perfecta”. De igual manera, está incidiendo en el aumento de la subnutrición en el mundo y en la incidencia de otras enfermedades infecciosas y parasitarias. Lo positivo de tan grave situación, es la intención de los gobiernos de los países desarrollados, para invertir cantidades incalculables de recursos económicos en la investigación biomédica. Las primeras vacunas surgieron en tiempo record y ahora los fabricantes están enfocados en la producción en masa de ellas, así como en la búsqueda de medicamentos efectivos y capaces eventualmente de frenar la pandemia. Es indudable, que de estos desarrollos tecnológicos que se logren, se desprenderán grandes descubrimientos en el área de diagnóstico, curación y prevención de otras muchas enfermedades.
Sería deseable también, que los más poderosos gobernantes piensen más en la humanidad y menos en sus propios y mezquinos intereses, para combatir el hambre, la miseria y las guerras. Finalmente, en épocas de crisis, las universidades, indistintamente que sean públicas o privadas, tienen el deber de contribuir a las soluciones de las mismas, dentro de sus posibilidades. De hecho, lo hacen siempre creando y diseminando el conocimiento, pero en momentos como el actual, es más urgente y útil esa colaboración, tanto con las autoridades responsables del manejo de la pandemia, como con la comunidad en general, que debe estar enterada de la magnitud del problema y de las acciones que se toman para solucionarlo. En este sentido, la Universidad Hispanoamericana ha estado en la mejor disposición de prestar todo tipo de ayuda para el logro de estos fines; es así, como, por ejemplo, desde que apareció el covid-19 en el país, la coordinación de investigación de la escuela de medicina ha venido publicando unas crónicas semanales sobre la evolución de dicha enfermedad, así como de algunas de sus características clínicas y epidemiológicas, que han sido denominadas “Una pandemia en perspectiva”. Llegamos de esta manera, con este número, a la publicación número 50, sin una sola interrupción, fruto de la labor de solamente tres investigadores y la ayuda invalorable de una periodista. Ha sido un esfuerzo muy notorio, que ha exigido de nosotros un trabajo sin horario ni días de semana libres, para poder cumplir con el compromiso. Se trata de un muy laborioso aporte, que creemos ha sido positivo para la población costarricense, al mantenerla informada. Al menos, confiamos que quede como una “CRÓNICA” o “REGISTRO” del “AÑO QUE VIVIMOS EN PANDEMIA”, que bien pudiera servir, además de otras fuentes quizás más importantes, para que los investigadores del futuro, que estudien lo que pasó en estos tiempos, tengan un acopio de datos veraz y cronológicamente oportuno, para que les ayude a escribir su versión. Y que esperamos seguir publicando hasta el cese de la pandemia, quiera Dios sea más temprano que tarde.

NOTA: Con ligeras modificaciones, esta introducción la escribimos como “editorial” de un número de la “Revista de Ciencias de la Salud, de la Universidad Hispanoamericana”

APORTES DE LAS PERSPECTIVAS DE LA PANDEMIA

Para su descripción, hemos revisado nuestras publicaciones por grupos de cinco. Así tenemos:

NÚMEROS DEL 1 AL 5

Desde un principio, quisimos hacer comprender a los lectores-en su gran mayoría legos en la materia- la importancia de entender el concepto de “tasas” y no solamente quedarse con los números absolutos que daban las autoridades de salud del país. Así, comenzamos a emplear tasa de prevalencia de Covid-19 en Costa Rica, comparándola con la de otros países de América Latina y del resto del mundo.
Introdujimos una estimación de casos para el 30 de abril de ese año y por vez primera mencionamos y explicamos el concepto de “Número o Índice Reproductivo Básico (Ro) y luego el de “Índice Reproductivo Efectivo (Rt)”, que a partir de ese momento, mencionaríamos repetidamente y posteriormente calcularíamos cada semana para todo el país, para sus provincias, sus cantones e incluso para algunos distritos. Este indicador fue masivamente aceptado por los medios de comunicación, quizás por su utilidad y fácil interpretación, y hecho conocer a la opinión pública.
Igualmente, durante este primer mes, obtuvimos las tasas de mortalidad por Covi-19 en el país, comparándola con otras naciones del área. En igual sentido, escribimos sobre la letalidad, que era extremadamente baja. Publicamos una estimación modelo de crecimiento exponencial, para hacer ver la gravedad de la situación, en caso de no tomar medidas para desacelerar la pandemia.
Iniciamos el cálculo y la publicación de las tasas de incidencia de la pandemia por provincias y por todos los cantones del país. Además, hicimos lo mismo con las diferentes regiones en que está dividido el país.
Al final de esos primeros cinco números reconocimos el mérito de las autoridades de salud en lograr la contención de la pandemia hasta niveles muy aceptables, en conjunción con una infraestructura sanitaria consolidada, un recurso humano óptimamente preparado en lo científico y lo técnico, así como por parte de una población educada y resiliente. Como colofón, en la nota número 5 terminamos escribiendo lo siguiente:
 “ Paga dividendos así, una nación que en los últimos setenta años ha preferido invertir en educación y en salud, en vez de hacerlo en la compra de armas obsoletas y en la preparación de seres humanos para la guerra, la muerte y la destrucción. Ocasión única y propicia, la que nos da la pandemia, para después de pasada la tormenta, invertir más en estos dos sectores, que han resultado ser imprescindibles para la paz, la tranquilidad y la seguridad física del pueblo costarricense. El mundo también ahora, que su propia existencia ha sido amenazada por una insignificante partícula viral, principalmente en los países más poderosos y desarrollados, que parecían tenerlo todo a su favor, debería detener su estratosférico gasto militar y su desenfrenada destrucción ambiental, para dedicar más recursos a la investigación biomédica, la mayor equidad en el acceso a la salud de toda la población, desterrar el hambre y educar a las enormes masas de población que son todavía analfabetas y semi analfabetas. Progreso sin salud es una utopía. Desarrollo sin una buena educación es un fracaso anunciado. Estabilidad mundial económica sin la debida inversión para investigación biomédica de punta y con recursos suficientes, es un viaje al futuro que nos lleva a visualizar nuevas desventuras con virus desconocidos, con consecuencias quizás más terribles que las que estamos viviendo en estos momentos”.

NÚMEROS DEL 6 AL 10

Como novedad incluimos por vez primera la evaluación del testeo en Costa Rica. Para el 10/05/20, la razón pruebas/casos era muy favorable (21,7), debido más que todo al escaso número de casos diagnosticados, mientras que en Brasil era 2,1, Panamá 4,9, Estados Unidos 6,89, Reino Unido 8,3. Las tasas de mortalidad por millón de habitantes, seguían siendo ridículamente bajas, pero pronto esa situación iba a cambiar drásticamente.
Durante estas semanas, se incluyó la segunda estimación lineal que llegaba hasta el 15 de junio. También se actualizó hasta el 17 de mayor la comparación de Costa Rica con un grupo de países latinoamericanos en cuanto a prevalencia y mortalidad por millón y letalidad. Todos estos tres indicadores eran al momento, totalmente favorables para el país.
Se inicia en esta semana, la incorporación de algunos comentarios referidos al Covid-19, que en ocasiones han sido denominados “cápsulas”. Entre ellas destacamos la posible relación entre la pandemia y la vacuna BCG, con las condiciones climáticas, el distanciamiento físico, los espacios cerrados, influencia de los “clusters”, de los “super-diseminadores”, etc..
También comenzamos a incluir el excelente material proporcionado por la Universidad de Oxford, especialmente los indicadores y temas relacionados con Costa Rica. Uno de ellos fue un índice que mide cuan estrictas son las políticas públicas adoptadas por los gobiernos. Además, agregamos gráficos sobre mortalidad, prevalencia, letalidad, etc.
Se calculó igualmente, desde el inicio de la pandemia hasta el 06 de junio, el crecimiento porcentual intersemanal de la pandemia, así como las tasas por millón de casos y de muertes, en varios países del mundo, tal como puede apreciarse en el cuadro 1.
En el número 9 comentamos por vez primera el modelo del “Baile y el Martillo”, que posteriormente tendría un éxito muy marcado en los medios de comunicación del mundo entero. Se trata de “un modelo de economía dinámica que trata de intercambiar concesiones mutuas entre los costos de una mortalidad inducida por el virus y el impacto adverso económico de una política de intervención para contenerlo”. También comentamos en este número el impacto económico de la pandemia sobre la región y el índice de rigurosidad calculado para algunos gobiernos para contener la pandemia.
En la edición número diez entre otras cosas se analizó las tasas de morbilidad acumulada de los 20 cantones del país con las cifras más elevadas. Igual se hizo con los Distritos del Cantón Central de San José, para ese momento, el epicentro de la pandemia en el país (ver cuadro). Se agregó la densidad poblacional de cada uno de ellos.
. Por otra parte, se incluyó los porcentajes de crecimiento de la morbilidad en Costa Rica por semanas al 6 de junio.
A partir de junio se inicia el segundo incremento de casos en el país, sobrepasándose por vez primero los cien diagnósticos por día, al igual de lo que sucedía en muchos otros países. Para mejor visualizar el aumento de casos, se graficó los promedios para cada cinco días (ver gráfico 1). Más adelante, durante los meses siguientes, continuaríamos utilizando esta ayuda con el fin de facilitar la comprensión de la evolución de la curva pandémica.
Aun así, para ese entonces Costa Rica figuraba en el puesto 106 con una prevalencia de 32,6 por 100.000 habitantes. Su tasa de mortalidad igualmente era bajísima para ese momento, apenas 0,23 por 100.000 habitantes (gráfico 2).

Números 11 al 15.

Determinación de INCIDENCIA Y PREVALENCIA a nivel global y local.
MORTALIDAD global, regional y local
LETALIDAD global, regional y local.
EFICACIA DE LAS MEDIDAS DE CONTROL, uso de las mascarillas.
Pruebas diagnósticas del Covid en Costa Rica y comparaciones internacionales.
MORTALIDAD por provincias y cantones en Costa Rica.
MORBILIDAD POR CANTONES. MAPA DEL PAÍS.
CONTROL de la pandemia en países de América Latina. Índice de Rigurosidad de Políticas (Universidad de Oxford). Actualización.
RESTRICCIÓN de la movilización en Costa Rica. Análisis.







NÚMEROS 16 AL 20

Conceptos sobre ÍNDICE DE REPRODUCCIÓN, MODELOS Y ESTIMACIONES
DISTANCIAMIENTO FÍSICO. Actualización
Curvas de días de internamiento hospitalario (gráfico 5).
EVALUACIÓN DE VACUNAS ANTICOVID-19
PREVALENCIA COVID-19 EN COSTA RICA por grupos de edad.
Importancia de la tecnología digital aplicada al estudio de la pandemia
Uso de plataforma y APPS COMO Google, Facebook y Apple.
DENSIDAD poblacional y Covid en Costa Rica.


NÚMEROS 21 AL 25.

CASOS RECUPERADOS. Planeamiento del problema en números.
ESTIMACIÓN del número real de casos.
VALORACIÓN de la magnitud de la situación de Costa Rica en el ámbito
Global de la prevalencia del Covid-19
PREVALENCIA de Covid-19 por cantones de la provincia de San José y demás provincias y por distritos del cantón central.(gráfico 6).
ESTUDIO CASO. Uruguay.
ESTIMACIÓN real del número de pacientes recuperados en Costa Rica.


NÚMERO 26 AL 30

AUMENTOS O DESCENSOS PORCENTUALES de Covid-19 en Costa Rica por intervalos de siete días.
INCIDENCIA de casos de Covid-19 en los cantones del país.
TESTEOS rápidos con pruebas de antígenos.

CLASIFICACIÓN DE CANTONES POR RIESGO DE COVID19. En la pandemia número 27 introdujimos por vez primera esta clasificación, que se basa en los siguientes parámetros:
CLASE I. ALTO RIESGO (COLOR ROJO). TASA DE INCIDENCIA PROMEDIO SIETE DÍAS, DE 250 O MÁS POR MILLÓN DE HABITANTES.
CLASE II. MEDIANO RIESGO (COLOR ANARANJADO). TASA DE INCIDENCIA PROMEDIO DE SIETE DÍAS ENTRE 150 Y 249 POR MILLÓN DE HABITANTES.
CLASE III. BAJO RIESGO (COLOR AMARILLO). TASAS ENTRE 100 Y 140 POR MILLÓN DE HABITANTES.
CLASE IV. MUY BAJO RIESGO (COLOR VERDE)..TASAS MENORES DE 100 POR MILLÓN DE HABITANTES.
ESTA CLASIFICACIÓN LA HEMOS VENIDO PRESENTANDO SIN INTERRUPCIONES DESDE ES FECHA HASTA EL PRESENTE.

En esa edición 27, veinte cantones ocupaban el grupo de alto riesgo. En el grupo de mediano riesgo estaban 28 cantones. 14 cantones figuraban en el grupo de bajo riesgo y por último, en el grupo de muy bajo riesgo están 20 cantones.

En la pandemia número 28 incluímos por vez primera, nuestro propio cálculo del cálculo del Índice de Reproducción Efectivo (Rt), para el país, sus provincias y los cantones, así como el promedio de casos de los últimos siete días.

Planificación de la campaña de vacunación contra el Covid-19 realizada por el gobierno de los Estas Unidos. 4 fases.
Tasas de incidencia promedio diario de siete día y valores Rt en Distritos del cantón Central de San José-



NÚMERO 36 AL 40

Prevalencia acumulada por provincias y cantones del país.
Análisis de la movilización de marzo a diciembre en el país.
Porcentaje de cambio de kilómetros manejados por día, marzo-diciembre 2020.
Cambios en las tasas de incidencia cantonales entre noviembre y diciembre. 2020.
Mortalidad promedios móviles cada siete días, marzo-diciembre 2020.
Ocupación de camas de salón y UCI por Covid-19 en Costa Rica
Recordando la gripe española en Costa Rica. A 100 años de sus estragos.
Tasas de mortalidad al 26 de diciembre por provincias y por cantones.
15 cantones con las tasas más altas.
Tasas de mortalidad en América Latina y algunos países europeos.
Evolución del Índice de Reproducción en Costa Rica y sus provincias.
Actualización del cálculo de pacientes recuperados por Covid-19
Positividad de pruebas PCR de marzo a diciembre 2020-
Uso de mascarillas en Costa Rica, agosto-dciembre.
Actualización movilidad personal.


Fuente: Elaboración propia con datos oficiales.

Números 41 al 45
Prevalencia acumulado de Covid-19 en los Distritos de las capitales provinciales.
Morbilidad y mortalidad, 10 primeros puestos en América Latina. Actualización.
Evolución del Índice de Reproducción a nivel de provincias.
Evolución de los cantones en zona de alto riesgo (zona roja).
15 cantones con el Rt más alto entre el 3/10/ y el 9/01/21
Diagnóstico por laboratorio y por nexo epidemiológico.
Variación de indicadores epidemiológicos en el país desde última semana de diciembre al 6 de febrero

NÚMEROS 46 AL 49

Porcentaje de extranjeros con Covid-19 en Costa Rica.
Incidencia de casos por día.
Porcentaje de positividad de pruebas
Gráfico fallecidos por día.
En la edición Número 49, por vez primera desde que llevamos realizando la clasificación de cantones en cuatro grupos de acuerdo al riesgo (magnitud de las tasas), no aparece ningún cantón en la zona roja (alto riesgo) y el























REM. 18/03/20


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